DIOS OPERA DE MANERA SOBRENATURAL
- comunidadpec
- Mar 20, 2021
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Por Jorge Paretti
Quiero compartirte una clara verdad y es que Dios opera de manera sobrenatural también en el mundo de los negocios. Tener confianza en que Él cumple sus promesas es uno de mis mayores secretos que puedo revelarte.
En la Biblia, en el libro de Lucas, encontramos un episodio en el que Jesús le pide a Pedro utilizar su barca para poder hablarle a una multitud. Al finalizar le dice a Pedro que vaya a aguas profundas y eche las redes para pescar. Quiero que prestes atención a esto. Jesús fue a buscar a Pedro a su negocio. Él era pescador de profesión, no era un novato. Esa noche en particular, Pedro venÃa de no pescar nada habiendo pasado toda la noche pescando. Era un área profesional que manejaba con seguridad y experiencia. Sin embargo, contra toda lógica, Pedro sube a la barca e hizo lo que Jesús le habÃa dicho que hiciera.
El resultado fue que debido a la gran cantidad de peces que sacaban, las redes se rompÃan. El momento en que Pedro comenzó a triunfar fue solo después de que le permitió a Jesús subir a su barca e invertir en su negocio. Quiero decirte, que a Jesús le importa tanto tu vida, como tu negocio. Si queremos ver una transformación, lo que necesitamos es que Jesús entre y forme parte de nuestras decisiones, de nuestra profesión, de nuestros sueños, de nuestro trabajo... ¡y de nuestros negocios!
A mi, personalmente, me tocó experimentarlo y aprenderlo de la siguiente manera: luego de una gran crisis en la cual la compañÃa que dirigÃa estaba a semanas de quebrar, tuve un encuentro con Dios, en el cual le entregué el control de todo lo que estaba sucediendo. Me tocó confrontarme a mà mismo y decirle a Dios "no puedo seguir más asÃ! Dios, ésto es tuyo, no es mio. Hace algo". Dios no se hizo esperar. A la semana empecé a ver el milagro. Me encontraba en la oficina cuando sonó el teléfono; era una compañÃa de Brasil que querÃa comprar una cantidad de alfajores equivalente a cuatro camiones durante el verano. Además de comprarlos en plena temporada baja, ellos se hacÃan cargo de todos los gastos de transporte, diseño y marca. ¡Era justo la cantidad que necesitábamos para transitar los meses de verano, hasta llegar y invierno y retomar la temporada! Estábamos a un dÃa de firmar el contrato cuando telefónicamente me dicen: "Jorge, usted sabe que mañana tiene que firmar, ¿verdad? Ah, y a propósito, el nombre del alfajor será Punta del Diablo".
Al escuchar esto me quedé petrificado. Mi esposa, con su gran talento para percibir lo que aún no sabe, me preguntó qué sucedÃa. "El nombre del alfajor va a ser Punta del Diablo", dije. Mis palabras se acercaban más a un balbuceo, pues estaba seguro de lo que vendrÃa a continuación. Abrió sus ojos en una reacción de desconcierto absoluto, e instantáneamente pude ver en su rostro la firme decisión que ya habÃa tomado. Con una claridad absoluta que solo Dios da, me respondió: "¿Punta del qué? Mira, ¡yo con la palabra diablo no hago negocios!" Mi silencio era absoluto porque mis pensamientos extinguÃan cualquier palabra que quisiera decir. Mi esposa, repetÃa una y otra vez lo que antes me habÃa dicho. Inesperadamente, una pregunta salió de sus labios que silenció todos mis interrogantes: "¿Tenés dudas de hacer negocios con el diablo?" En ese instante, mi claridad fue absoluta.
Llamé a la compañÃa brasileña, y les conté que por nuestros principios, no podÃamos elaborar un producto que llevase ese nombre. Empeorando aún la situación, me responden que era imposible cambiarlo, porque la marca ya estaba registrada, y el logo creado. SabÃa que necesitábamos de este contrato para subsistir, pero no podÃa sacar de mi mente la pregunta de mi esposa. Finalmente, no tuve más opción que decirles: "Lamentablemente, si desean seguir utilizando ese nombre, nosotros no podrÃamos continuar con el proyecto".
Pasaron algunos dÃas y no obtuve más respuesta. Pensé que al fin y al cabo, todo se habrÃa esfumado. No era que estaba arrepentido, sin embargo, me habÃa quedado la desazón de que una gran oportunidad se habÃa perdido. Cuatro semanas pasaron hasta que el teléfono volvió a sonar; "Hola Jorge, hemos cambiado el nombre del alfajor y ahora se llama Alfajores del Sur. Está bien asÃ, ¿verdad?. No podÃa creerlo. Me estalló el corazón de alegrÃa, pero traté de mostrarme lo más calmo posible, y dije: "¿Alfajores del Sur? ¡Suena excelente!". Un nuevo estudio de mercado habÃa revelado que esta nueva marca tenÃa mucha más aceptación que la anterior. En el momento que dudas aparecen poniendo a prueba nuestros principios, hacerse la pregunta correcta puede traer más claridad que miles de afirmaciones.
Colgué el teléfono y agradecÃa a Dios. Ni mi esposa ni yo nos hubiésemos imaginado que Dios obrarÃa de ésta manera. ¡HabÃamos elegido el camino correcto! Ahora, podÃamos estar confiados que era junto a Dios que estábamos haciendo negocios. Fabricamos el pedido de alfajores, y concluimos la transacción. Asà afrontamos la temporada baja con éxito. Pedro, dos mil años atrás habÃa vivido una pesca milagrosa, en esa oportunidad, ¡nosotros experimentamos la exportación milagrosa!
Tiempo después, al no recibir más noticias de mis nuevos y flamantes clientes de Brasil, intenté contactarlos por todos los medios. No habÃa forma de comunicarse con ellos, asà que decidà viajar hasta las oficinas de Brasil. Cuando llegué al edificio, me informaron que el espacio que ocupaban en un segundo piso, estaba completamente vacÃo. El encargado de seguridad me dijo que no sabÃa nada, ni quiénes eran ni a dónde se habÃan mudado. ¡La compañÃa que me contactó para solicitarme cuatro camiones de alfajores, asà como habÃa aparecido, ahora habÃa desaparecido de la noche a la mañana.!
Asà que mi familia y yo podemos afirmar que Dios opera de manera sobrenatural. Si! También en los negocios!

