Por Matías Paterlini
Emprender es una de las tantas maneras que uno tiene de reinventarse. Emprendí y formé parte de numerosos proyectos, desde ideas que nunca funcionaron, hasta empresas muy exitosas llegando a ser el primer partner de facebook en latinoamérica superando facturaciones de siete cifras en moneda extranjera.
De chico fuí lo que llamaríamos un “chico tranquilo”, aunque mi infancia no fue tan simple. Fui a tres jardines, nueve colegios, y cuando fuí a la universidad fuí a cuatro universidades. Por distintos motivos, no estaba acostumbrado a enfrentar los desafíos y la mejor manera de ayudarme que encontraban mis padres era cambiandome de colegios. A los dieciocho años conozco a Dios, y comencé un proceso en el cual entendí que era Él quien podía hacer cosas maravillosas con quienes estuvieran dispuestos a aceptar el desafío. Fue un largo proceso en el que Dios trabajó en mí llevándome de experiencia en experiencia para forjar mi carácter y poder ser la herramienta útil que Él espera que yo sea.
Hoy quiero compartirte el principio que hizo que emprender fuera la herramienta para enfrentar los desafíos que aparecieran.
Innumerable cantidad de veces me senté a leer la biblia, esperando instrucciones de Dios, tratando de cumplir con mi “deber espiritual” haciendo mis devocionales, teniendo tiempos de oración y demás. Y muchas veces encontré perlitas y versículos que como cristianos leemos una y otra vez, pasándolos por alto, algo así como cuando uno tenía que estudiar para un exámen de último momento. Rara vez entendiendo y tratando de alinear lo que leemos con la vida misma. Un día regular mío estaba basado en despertar, salir a la calle y hacerle frente al día. El tránsito, el trabajo, la familia, los compromisos sociales, las finanzas, la iglesia, y mi esfuerzo estaba en hacer lo mejor que pudiera en cada una de esas áreas. Algunas eran agotadoras, otras no tanto, pero siempre traté de enfocarme en lo que sucedía delante mío. A medida que la vida fue avanzando, la tensión entre esas áreas era cada vez mayor. Los empleados; los socios; la familia; y por lo general en el afán de solucionar y enfrentar los problemas uno comienza a descuidar ciertas cosas. Cuando una de las áreas demanda más de nuestra atención, indefectiblemente quitamos la atención de las otras. Sin darnos cuenta entramos en una rueda sin fin, donde corremos sin parar atendiendo aquello que más urge, resolviendo un problema a la vez, dividiendo nuestro enfoque en tantas áreas podamos. Sin embargo, un día en particular en la búsqueda de respuestas de parte de Dios, me topé con un versículo súper familiar que había leído varias veces, solo que esta vez necesitaba una respuesta de su parte porque me sentía superado por lo que estaba viviendo. Y así encontré LA CLAVE para enfrentar todos los desafíos con excelencia. “Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que EMPRENDAS”. Acá no dice que para algunos sí y para otros no. Lo que dice es que si vos no te alejas ni a diestra ni a siniestra, Él te va a bendecir. Pero la clave está en la segunda mitad del versículo donde dice “serás prosperado en todas las cosas que emprendas”. Es decir todas las cosas que VOS emprendas. Dios no te va a forzar y decir “andá y encará este proyecto” ni tampoco te va a decir “hace A, B y C y te irá fantástico”. Para nada es así. Es uno el que tiene que emprender, y uno es el que tiene que estar ubicado en el lugar correcto, bajo la protección de Dios para que las cosas funcionen correctamente.
Así que no es para algunos, TODOS PUEDEN EMPRENDER.
Lo que más me asombra de la biblia, es que nos da todas las herramientas que necesitamos. No sólo nos dice lo que tenemos que hacer para prosperar en aquello que emprendamos, sino que también nos brinda las herramientas diarias para hacerlo. Ya sabemos que en principio nos tenemos que esforzar y ser muy valientes. Esto implica tomar riesgos, capacitarse, trabajar duro, y aprovechar bien el tiempo. Resta ver cómo manejar las tensiones entre las distintas áreas de la vida. Hay otra perlita en la biblia que refiere a esto, al afán y la ansiedad por resolver la cotidianeidad y creo que debe ser uno de los versículos más conocidos de toda la palabra: “Primeramente buscad el reino de Dios y su justicia, y el todas estas cosas serán por añadidura”. Dios nos invita a no dividir nuestra atención en muchas cosas. Todo lo contrario. Nos invita a enfocarla sólo en una: en Él. Dice “PRIMERAMENTE”, antes que cualquier otra cosa. Y Él es quien se ocupa de ordenar y manejar las tensiones y los desafíos de la vida. Te invito a leer todo este pasaje, ya que es de mucha bendición para quienes confiamos nuestras vidas en Él. Lo encontramos en Mateo 6:25-34.
Emprender es de todos los días y es para todos. Un emprendedor, nunca deja de ser emprendedor. Emprendemos todos los días cuando entendemos que debemos ser esforzados, y muy valientes, y que en lo único que debemos enfocarnos al levantarnos por la mañana es en buscarlo a Él, creyendo y confiando que es Él quien va delante nuestro afirmando nuestros pasos! Es mi deseo que estos principios sirvan para desafiarte a emprender y experimentes un cambio de enfoque a la hora de hacerlo.
Bendiciones!
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